Por: Angel Desmejorado
(@angeldesmjorado)
El director Harry Freeland,
nos muestra lo cruel que puede llegar a ser una sociedad, cuando se enfrenta a
algo fuera de lo común, y cuando la minoría es la que sufre del desprecio de la
gente “normal”, que por falta de una educación pertinente y básica, se dejan
influenciar por la gran mayoría.
Y esto es lo que pasa en Tanzania
con los albinos, debido a la falta de melanina en su piel, tienen un aspecto
palidecido y tienden a ser más sensibles a la luz, entre otros problemas; y que
por lo cual sufren de racismo y desprecio de aquellos que los rodean.
Pero no conforme con esto,
apenas unos años atrás, lograron hacerse de una superstición tan increíble,
pero que por desesperación y por falta de recursos, logro llegar a un gran
apogeo, esto es que quien logre obtener alguna extremidad de algún albino, se
vuelve millonario.
Los asesinatos de esta gente
va en aumento y cada vez son más seguidos y en lugares menos esperados, sin
respetar sexo ni edad, entre esta multitud se hayan niños y niñas, hombres y
mujeres de todas las edades, es por esto que los pequeños no van a la escuela,
y los adultos son aislados en campamentos seguros.
Por esta razón Josephat,
quien sufre de todos estos problemas, se da a la tarea de recorrer las aldeas
de Tanzania, en busca de más albinos, y de igual manera tratar de hacer
conciencia a los pobladores de este país.
Descubre lo que ocurre en su
viaje y las diversas anécdotas de las personas que va encontrando en su camino,
es un trabajo muy bien hecho y que conmueve a todo aquel que lo ve.
Podrás disfrutar de el en la
gira de Ambulante, no te lo pierdas.
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