Por:
Angel Desmejorado (@angeldesmjorado)
Shawn
Levy nos trae la tercera entrega de la saga de “Una noche en el museo”, siendo
este el último filme de esta trilogía.
Larry
(Ben Stiller), nos vuelve a presentar una gran aventura dentro de un museo
local, el cual corre el peligro de cerrar, y Larry es el encargado de tratar de
evitarlo, llevando así a este museo a la meca de la tecnología, o más bien, hacer
creer a los asistentes que eso es, solo efectos especiales, pero como siempre,
algo sale mal y Larry se embarcara en una gran aventura para solucionar todo.
La tabla
que le da vida al museo por las noches, está a punto de perder la magia para
siempre y solo una persona sabe cómo repararla, solo que este personaje se
encuentra en el museo de Londres, en donde se descubren misterios que se vienen
arrastrando desde la primer película.
Con nuevos
personajes como un cavernícola muy parecido a Larry, el famoso Sir. Lancelot; así
como los ya conocidos amigos del museo, (Owen Willson y Robin Williams) así
como el pequeño mono capuchino, y hasta una aparición especial de Hugh Jackman,
nos llevan de la mano por una historia llena de risas y chistes, que aunque
repetitivos, con bastante gracia.
Lo bueno
de esta nueva entrega son las actuaciones, que como siempre son asertivas y
bien ejecutadas, los efectos especiales que nos muestran son bastante buenos. Aunque
por otra parte, los diálogos son repetitivos, la temática es exactamente la
misma a las entregas anteriores y el final es predecible.
Llega
a todas las salas del país este jueves 25 de diciembre, y es ideal para verla
con toda la familia y pasar un buen rato divertido.
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